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Estadio olímpico, Atenas 2004 |
Stella Alfieri, líder de la campaña contra los Juegos de Atenas 2004, afirma que la caída griega empezó con los gastos desenfrenados de los JJOO: "Se derrochó el dinero de forma irresponsable. Explotaron los sentimientos de orgullo del pueblo griego y hubo quienes se lucraron con ellos".
Los juegos costaron casi 9,000 millones de euros, el doble del presupuesto original, sin incluir los grandes proyectos de infraestructura terminados en el último momento y a un costo inflado. Solo el gasto en seguridad superó los 1,000 millones de euros.
Seis años después, el uso de más de la mitad de las sedes olímpicas de Atenas es escaso o nulo y hay una docena de ellas desiertas, cercadas y patrulladas por guardias privados, lo que conlleva un gran coste.
Los proyectos que pretendían transformar posteriormente algunas sedes en centros de ocio están paralizados por la rigidez normativa o impugnados por organizaciones vecinales.
El parlamento inició una investigación para saber si la empresa alemana Siemens pagó sobornos a fin de obtener contratos y un ex ministro de transportes confesó haber recibido más de 100,000 euros de Siemens como donación de campaña.
Pericles, 8/09/2013
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