9 sept 2013

JJOO: la opinión de políticos y ciudadanos siempre difiere de la de los economistas

Los beneficios económicos pueden resultar dudosos desde el punto de vista de las ciudades que albergan los juegos
Nawal El Moutawakel

Organizar unos Juegos Olímpicos es, junto con la construcción del AVE, uno de los mejores ejemplos de diferencias de opinión entre políticos y ciudadanos por un lado y economistas por el otro. Mientras que los primeros están a favor, los economistas suelen pronunciarse en contra.
Baade y Matheson (2002) (pdf) estiman que el ayuntamiento de Atlanta y el estado de Georgia gastaron 1.600 millones de dólares en los juegos olímpicos de 1996 creando un máximo de 25.000 puestos de trabajo permanentes. Es decir, cada puesto de trabajo costó más de 64.000 dólares.

Madden (2006) estudia el efecto de los Juegos Olímpicos de Sidney sobre la economía australiana. Aunque tuvieron un efecto positivo sobre el estado que los albergó (Nueva Gales del Sur), el efecto total sobre la economía del país fue negativo.

La crisis y la necesidad de reducir el déficit han hecho que países como Italia se retiraran de la carrera de los Juegos 2020. En este sentido,las palabras de la miembro del COI Nawal El Moutawakel, parecen tener lógica: "España debe invertir sus recursos económicos en materias más importantes que los JJOO".

Si la consecución de unos juegos olímpicos se convierte en una obsesión para los gobernantes, pueden cometerse errores económicos irreparables al obviar la relación inversión/beneficios. 
Claro que los estudios solo miran el impacto económico y no otras variables que afectan el bienestar, pero ¿organizar unos JJOO es la forma más eficiente de conseguir estos objetivos?

Lo cierto es que muchas ciudades desarrollan sus  infraestructuras, reducen la contaminación o educan a la gente para hacer deporte por otras vías.

Pericles, 9/09/2013

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